Predicar
la Buena Noticia del Reino con constancia y generosidad
XIV
Domingo del Tiempo Ordinario 6-07-2025
Olga
Consuelo Vélez Caro
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos
en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía
ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan!
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni
calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una
casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!". Y si
hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo
contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y
bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de
casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les
sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está
cerca de ustedes". Pero en todas las ciudades donde entren y no los
reciban, salgan a las plazas y digan: ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha
adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que
el Reino de Dios está cerca". Les aseguro que, en aquel Día, Sodoma será
tratada menos rigurosamente que esa ciudad. Los setenta y dos volvieron y le
dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu
Nombre". Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder de caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas
las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de
que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén
escritos en el cielo" (Lucas
10, 1-12.17-20).
El evangelio de Lucas nos presenta a Jesús enviando a los Doce a proclamar
el Reino de Dios y a curar, en el capítulo nueve. En este capítulo diez, el
envío es a setenta y dos, de dos a dos, delante de sí a todas las ciudades
donde él había de ir. En los dos pasajes se ven semejanzas, pero también
diferencias. En este segundo texto podemos ver una intencionalidad del
evangelista: si el anuncio a Israel se confía a los Doce, aquí el anuncio del
reino ha de hacerse más allá de las fronteras de Israel, es decir, también a
los paganos.
Otro dato interesante de este pasaje es la referencia a la mies abundante y
la falta de obreros. Se necesitan muchos obreros para anunciar la buena noticia
del reino. Es un texto vocacional para anunciar Buenas Noticias en un mundo
amplio, necesitado de ellas. Para esta predicación Jesús da unas recomendaciones
muy concretas. Es una misión que ha de realizarse en medio del conflicto,
porque las fuerzas del anti reino están presentes y a eso han de enfrentarse
los enviados. El pasaje termina haciendo referencia a la alegría de los
discípulos porque “hasta los demonios se les someten” pero Jesús les dice que no
debe ser ese el motivo de la alegría, sino el que “sus nombres estén escritos
en el cielo”, es decir, por haber cumplido la misión, por ser portadores de la
buena noticia, sin enorgullecerse por ello.
Jesús les dice a sus discípulos que no lleven dinero, ni alforja, ni
calzado y no se detengan a saludar a nadie. Todo va encaminado a mostrar la
prioridad del anuncio sobre todas las distracciones que pueden retrasarlo. También
que “no vayan de casa en casa” sino que entren a las ciudades, es decir, les
insiste en este ir más allá de los lugares cercanos para que el evangelio se
anuncie en las plazas, en todos los lugares posibles. Les advierte de la
posibilidad de no ser recibidos a lo que deben responder con la constancia del
anuncio en otros lugares. Diríamos, con nuestras palabras, es un anuncio
gratuito y quien no lo escucha se pierde la oportunidad. Pero, por parte del
discípulo, ha de seguir adelante con la misión encomendada con gratuidad, sin
depender de que sea recibida.
A veces se escuchan demasiados lamentos del mundo como alejado de Dios, de
los valores, del bien. Y, sin embargo, en el mundo hay muchas búsquedas, muchos
deseos positivos, muchos esfuerzos humanos realizando el devenir histórico. En
ese horizonte ha de predicarse la buena noticia de manera significativa,
actualizada y generosa. Con seguridad muchos más la acogerían si supiéramos
anunciarla.
Pidamos acoger la misión que Jesús nos confía hoy a nosotros y realizarla
con la libertad, desprendimiento, amplitud, sencillez y generosidad suficientes
de manera que llegue a muchos y nuestro mundo pueda ser, cada vez, un mundo más
justo y en paz.