La posibilidad de ser feliz
Hay personas que se empeñan en no ser felices y en no
hacer felices a los demás. Una actitud que hace esto posible es la de ver sólo
lo negativo de las cosas y no ver lo positivo. Siempre ven el vaso medio vacío
en lugar de ver el vaso medio lleno. Y esto también sucede en las relaciones de
amistad, de pareja, de familia. En vez de agradecer la presencia de los demás y
disfrutar de todo lo bueno que tienen, nos empeñamos en ver lo malo o los
errores que toda persona tiene, en sacar a la luz sus defectos, en exigir que
actúen como nosotros queremos. Y mientras estamos en esto, nos perdemos la
posibilidad de disfrutar la riqueza que tiene todo ser humano y del amor que
nos brindan, como son, aunque no sea exactamente lo que nos gustaría.
Algunas personas dejan que pasen las horas, los días,
los meses atrapados en las dificultades que tienen las relaciones y cuando
menos piensan tal vez ya nunca podrán arreglarlas. El orgullo es tan ciego que
prefiere sufrir a dar pasos para buscar alternativas que hagan posible la
convivencia. Y no se fijan en el daño que hacen a los que les rodean. Esto pasa
mucho en las parejas. Por no ser capaces de buscar caminos que hagan posible la
convivencia armónica, crean una atmósfera que los hijos respiran y, creyendo
que les aman, les están haciendo daño y les hacen sufrir enormemente. ¿Por qué
hay tanta ceguera en el corazón humano? ¿Por qué siendo todos tan necesitados
de amor, de compañía, de alegría, no somos capaces de apostar todo por el amor
y dejamos que el corazón se cierre, se llene de orgullo, de rencor, de
indiferencia, de soledad, de tristeza?
Sólo la muerte nos impide arreglar las cosas. Pero
mientras haya vida, hay posibilidad de cambio. Ojala entendiéramos que la vida
es más sencilla de lo que creemos, que las relaciones pueden ser más amables de
lo que imaginamos y que el amor es posible vivirlo cuando no se exige que el
otro sea como uno quiere sino cuando se le mira como es y se le ama así,
ayudándole en sus carencias y potenciando en sus posibilidades. Ojala no perdamos la oportunidad de haber sido
felices con lo que hoy tenemos y con las personas con las que hoy compartimos
la vida. No hay situaciones ideales para ser felices. Es en la propia situación
y con la realidad como ella es, donde podemos serlo. Ser feliz no es imposible
si somos capaces de perdonar, de aceptar y de reconocer la propia ceguera sin
esperar que sea el otro el que lo haga. “El amor, la amistad, las relaciones no
son un camino llano, sin problemas, de lo contrario, no sería humano. Es un
viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida”
(Papa Francisco). Pidamos la gracia de apostar por ser felices y trabajar en
ello, con lo que somos, lo que tenemos y con las personas que están a nuestro
lado, como son y con lo que tienen. La felicidad depende de nosotros, de
nuestra actitud ante la vida, de saber ponernos en camino todas las veces que
sea necesario. No dejemos que la
felicidad se vaya de nuestro lado, pudiendo ser tan real, tan verdadera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.