El Corpus Christi no es simplemente la adoración de Jesús eucaristía
sino el memorial de su pasión, de su fidelidad, de su
coherencia
Comentario al
evangelio del Corpus Christi 2-06-2024
Olga Consuelo Vélez
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura,
cuando se sacrificaba el cordero de la Pascua, sus discípulos le dijeron:
¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?
Y envió a dos de sus discípulos, y les dijo: Vayan a la ciudad, y allí saldrá
al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo; y donde él entre,
digan al dueño de la casa: "El Maestro dice: '¿Dónde está mi habitación en
la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?'" Y él les mostrará un
gran aposento alto, amueblado y preparado; hagan los preparativos para nosotros
allí. Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo
tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua (…) Y mientras comían, tomó
pan, y habiéndolo bendecido lo partió, se lo dio a ellos, y dijo: Tomen, esto
es mi cuerpo. Y tomando una copa, después de dar gracias, se la dio a ellos, y
todos bebieron de ella. Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que es
derramada por muchos. En verdad les digo: Ya no beberé más del fruto de la vid
hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios. Después de cantar un
himno, salieron para el monte de los Olivos. (Marcos
14, 12-16.22-26)
En esta festividad del “Corpus Christi” -cuerpo del Señor- Marcos nos
ofrece el texto de la comida pascual que, en la vida histórica de Jesús se
celebró antes de ser crucificado y, justamente, estando Judas entre ellos. Este
anuncio de la traición de Judas se omite en este día porque el énfasis va a
estar puesto en el partir el pan, en la eucaristía.
Recordemos que la comida pascual de los judíos tenía varios momentos
estipulados. El vino se distribuía en cuatro copas, la última de las cuales iba
acompañada de una bendición. El pan ázimo lo partía el responsable de la
celebración y se lo daba a los comensales. Luego de hacer unas preguntas y
responderlas, se procedía a comer el cordero pascual que había sido sacrificado
en el Templo de Jerusalén. Después se cantaban los salmos. Esta comida pascual
era una comida de familia (no de comunidad lo que implicaría que se hiciera en
la sinagoga o en el Templo) y se celebraba en Jerusalén, de ahí, que tantas
personas peregrinaran a esta ciudad. Conviene conocer estos datos de la cultura
judía para entender, cómo a partir de su significado original, Jesús le da otro
significado que es el que estamos llamados a vivir.
Deteniéndonos más en el texto, este inicia con la preparación de la
cena que realizarán los discípulos siguiendo las instrucciones que Jesús les
da. La manera de relatarlo, recuerda al texto del domingo de Ramos, donde Jesús
también envía a sus discípulos a preparar la entrada triunfal a Jerusalén. Parece
que allí todo está previsto para ello. De alguna manera, el texto muestra que
la pasión de Jesús ya no tiene vuelta atrás. Las consecuencias de su misión lo
han llevado a la cruz y Jesús no huye, sino que la asume en fidelidad al Dios
Padre/Madre que lo ha enviado para ello.
En el texto no se hace referencia al cordero pascual porque, en el
contexto de la pasión, Jesús mismo es el cordero que se entrega por los suyos. Jesús
entrega su cuerpo y, su sangre, signo de la nueva alianza.
Hay que recordar que cuando en la mentalidad semita se habla del
cuerpo, se está hablando de toda la persona. Es la mentalidad griega, dualista,
la que nos hace pensar al ser humano como un compuesto de alma y cuerpo. No es
así para los semitas. Si ellos se refieren a una parte de la persona: alma,
corazón, entrañas, cuerpo, se están refiriendo a toda la persona. Por eso,
cuando Jesús dice, este es mi cuerpo, se está entregando todo él, su humanidad
es real y su entrega es total. Por su parte, la sangre derramada habla de su
muerte violenta, haciendo eco del siervo sufriente del relato del profeta
Isaías. Añade que se entrega por “muchos”. Aquí conviene hacer una aclaración:
El significado semita de “muchos” es “todos”. Lamentablemente, en aras de ser
fieles a las palabras originales, Benedicto XVI, cambio el “todos” que el celebrante
decía, por el “muchos”, creando confusión porque ahora parece que la entrega de
Jesús no es por todos. Conviene hacer esta aclaración para no perder el
significado de la entrega de Jesús por toda la humanidad.
Notemos también que en la pascua judía al tomar la última copa se
bendecía. En este texto se “da gracias” y de ahí viene el entender la
eucaristía como una “acción de gracias”. El texto termina diciendo que Jesús no
volverá a beber del fruto de la vid hasta el día definitivo. Es decir, la eucaristía
que celebramos aquí es anuncio del banquete escatológico, es comenzar a vivir,
desde ahora, lo que esperamos vivir en la eternidad.
Todo lo dicho aquí puede iluminar mejor el sentido de esta festividad.
El Corpus Christi no es simplemente la adoración de Jesús eucaristía y el
reconocimiento de su presencia entre nosotros a través del pan y el vino. Es
memorial de su pasión, de su fidelidad, de su coherencia a la misión
encomendada. Es la entrega total y generosa por todos. Es el adelanto de la
vida definitiva a la que aspiramos. Ahora la cena no es la de la familia judía
sino la de la nueva familia que surge por el discipulado. Y es una cena donde
no hay un cordero para cenar sino una vida para entregar. Por tanto, que
contemplar a Jesús Eucaristía, nos lleve a vivir la pascua del servicio, de la
fraternidad/sororidad, de la misericordia, de la generosidad.
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